Joan Cardona. El glamour de la Belle Époque

17 de noviembre 2017 — 17 de enero 2018

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Joan Cardona i Lladós (Barcelona, 1877 – 1958) fue uno de los grandes dibujantes de la prensa satírica y humorística del París de la Belle Époque. Esta muestra reúne una cuidadosa selección de más de 25 obras creadas entre los años 1898 hasta 1909, centrada en su etapa parisina, la que le dio fama internacional. Se encuentran: acuarelas, gouaches, pasteles y carteles, entre las que destaca: la pieza publicada en blanco y negro en Le Frou-frou en junio de 1905, titulada Au bar, carbón, cera, acuarela y gouache sobre papel, 45 x 35 cm, 1905.

Cardona fue uno de las artistas con más renombre, alcanzando su fama internacional durante su estancia en la capital francesa. Colaboró como ilustrador en un gran número de revistas de principios del siglo XX, de entre las cuales destacan las publicaciones francesas: Gil Blas, L’Assiete Auburre, Le Frou-frou, Le Rire, Sans-Gêne; las revistas catalanas y españolas: L’Esquella de la Torratxa, La Il·lustració Catalana, El Gato Negro, Forma e Hispania; las publicaciones alemanas: Jugend y Lustige Blätter. Sus obras se pueden ver en museos de prestigio internacional, tales como: Museo del Prado, Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), Museo Carmen Thyssen-Bornemisza y Musée d’Orsay, entre otros.

En la mayoría de sus dibujos se puede observar como las figuras femeninas llevaban complementos como colgantes y sortijas de colores en todos los dedos. Como afirma, Laura Casal-Valls: «A menudo, cuando observamos, con la distancia temporal que impone la historia, una imagen del pasado, bien sea una fotografía, un dibujo, una pintura o un grabado, una de las cosas que más nos sorprenden es precisamente cómo van vestidos los personajes que aparecen. Y es que el vestir, la moda, es uno de los factores que mejor representan el paso del tiempo».

De vuelta a Barcelona, Cardona cambió la temática parisina por un estilo más folclórico y pintoresco etiquetado como escuela castellana: gitanas, majas y la mujer en general eran el elemento predominante en esas pinturas, que gozaron de gran éxito comercial.